Hiperreligiosidad
Se calcula que en el mundo existen 4200 religiones, sin tomar en cuenta a aquellas que tuvieron vida hace miles o incluso cientos de años. De esta forma es difícil encontrar a personas que no presenten un vínculo hacia diferentes dioses o dogmas. Desde el punto de vista antropológico la religión ha servido para unir grupos al generar un sentido de pertenencia, llegando a tener religiones con millones de seguidores. Sin embargo, dentro de estos grupos también hay personas que dicen tener un vínculo mucho mayor con su dios, llegando incluso a hablar directamente con él.
Quizá uno de los mayores ejemplos que han quedado registrados en la historia es el de Juana de Arco, quien a los 17 años dirigió al ejército francés en grandes batallas contra los ingleses. Ella decía que escuchaba la voz de dios, quien le pidió realizar esta tarea, además de escuchar al arcángel San Miguel y San Gabriel. Finalmente fue capturada por los ingleses, juzgada de herejía y sentenciada a morir quemada en la hoguera en 1431.
¿Pero a qué se debe qué ella fuera capaz de escuchar a estas entidades?
De acuerdo con estudios realizados por neurólogos en distintos centros de investigación, esto es debido a una lesión provocada por epilepsia en los lóbulos temporales, principalmente el lóbulo temporal derecho, ocasionando alucinaciones, alteraciones en la percepción intrapersonal y la forma de percibir distintas situaciones sociales. Es así como queda en duda si la religiosidad se debe a lesiones cerebrales o simplemente a un apego social.
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